La escucha empática.

Pensar que lo sabemos todo, nos hace no saber nada.

Creer tener razón es estar en constante lucha interna.

Sentir nuestra realidad como única, nos hace estar ciegos y negarnos a ver más allá, nos retrasará para nuestro propio crecimiento.

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Cuando no podamos ver más allá, cerremos los ojos juzgadores y escuchemos con nuestra mente más empatizadora, dejándonos llevar por lo que nos hace sentir esa otra realidad.

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Cuando entendamos que uno de los secretos para ser escuchado, primero deberemos comprender. No nos basaremos en nuestra experiencia de vida ni en nuestra propia realidad. Sino que dialogaremos con las diferentes perspectivas entendiendo que hay puntos que nos diferencia, pero teniendo claro que es lo que no hará llegar más lejos.

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Descubriremos que las objetividades paralelas es lo que nos hará mejorar, evolucionar y crecer en todos los ámbitos de la vida.

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Saber que tú tienes razón en tu realidad y yo he llegado a comprender tus necesidades, me hace que tú escuches las mías y podamos crecer emocionalmente más fuertes y más unidxs.

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Es la única manera de empezar a querer(nos) de verdad, sin necesidad de no saber cómo.

Con lo fácil que es y lo difícil que lo hacemos. Buscamos primero que nos escuchen, en vez de comprender. Error.

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En el momento que empecemos a escuchar, seremos escuchados.

Todo es cuestión de la escucha empática y no oídos selectivamente egoístas.