Clases
de meditación
¿Para qué la meditación?
Si pudiera poner en palabras lo que es realmente la meditación, sería algo así… pero, sinceramente, nada se compara con experimentarla. Las palabras se quedan cortas, porque la comprensión real no llega desde la mente, sino desde lo que se siente cuando lo vives:
Cuando nos detenemos y dejamos de mirar afuera, el ruido se disuelve y comenzamos a escuchar lo que siempre ha estado ahí: la verdad que habita en nosotrxs. Meditar no es escapar del mundo, sino regresar a unx mismx.
Es el arte de observar sin huir, de permitir que todo lo que duele se exprese, se vea, se libere y finalmente se transforme. En el silencio que la mente teme, encontramos el espacio para sanar.
Cada respiración consciente nos devuelve al presente, y en ese presente, lo que antes parecía una carga empieza a aflojarse. Ver sin juicio, sentir sin resistencia, aceptar sin control… eso es soltar.
La meditación no busca cambiarnos, sino recordarnos quiénes somos antes de todo condicionamiento, antes del miedo, antes del personaje. Desde ahí, lo que ya no pertenece se cae solo, y lo que es verdadero se expande.
Meditar es volver a casa.
A ese lugar donde todo se comprende sin palabras, donde el alma respira y el corazón puede, por fin, descansar.
Personalmente, la meditación me ha cambiado la vida.
Reseñas de personas que han meditado conmigo










