El miedo como combustible, no como ancla.

Cojamos el miedo como un intercambio de energías para ir más allá de él.

Soltemos los amarres que nos limitan y no nos permiten avanzar.

¿Por qué sentimos miedo, realmente? ¿Con qué funcionalidad existe el miedo? o ¿para qué?¿Por sentirnos vulnerables?

Para sacarnos de nuestras propias barreras mentales.

Para alzarnos al vuelo hacia lugares inexplorados.

Para vivir lo que estamos sintiendo en forma de experiencia, a través de esa emoción.

Para encontrarnos en el camino hacia nosotrxs mismxs.

Para descubrir todo lo que somos en esencia.

Para aprender que el hecho de sentirnos vulnerables no nos hace ser débiles, sino auténticxs. Porque estamos fluyendo con lo que estamos sintiendo y no bloqueándolo.

Si no nos permitimos sentir no podremos aprender a través de esa experiencia y mucho menos conocernos mejor.

La única manera de que desaparezca, o en este caso, se transforme la emoción es permitiendo que fluya para que evolucione en ti ese aprendizaje.

Debemos de impulsarnos con el miedo, hacernos amigxs de él para que no nos paralice.

Porque si lo hace, nos estaremos alejando, cada vez más de descubrir quiénes somos en realidad.

Permitámonos sentir para llegar hacia dentro y entender que ahí solo reside amor.

Sólo y cuando aceptes el miedo que puede nacer en ti podrás traspasar la frontera e ir más allá. Porque no te estarás identificando con él, sino aprendiendo a través de lo que estas sintiendo. Y ahí podrás llegar a infinitos lugares que yacen en ti.

No eres tus miedos y tus miedos no eres tú.

Tan sólo son pistas para llegar hacia ti mismx.

Utilicémoslo como combustible, no como ancla.