¿Por qué cuando nos envuelve una emoción inesperadamente, no sabemos gestionarla? o ¿por qué nos abruma y nos bloquea paralizándonos y dándole poder al miedo que rige dicha emoción?
Cuando en realidad, el miedo nace por un instinto, por sobrevivencia es un mecanismo de defensa, pero que lo utilizamos en nuestra contra.
Las emociones nos envuelven aprendizajes constantes de nosotrxs mismxs. Están para ayudarnos a saber o descubrir que sentimos y mucho más aún para qué y con qué finalidad.
Tan solo son un mapa interno de lo que tanto insistimos en guardar (y no resolver).
No revelar dicho mapa hará que terminemos por desorientarnos y olvidar por donde comenzar. Nos perderemos en la superficie de nuestras emociones por temer descubrir la profundidad de ellas.
La respuesta de lo que tanto tememos descubrir se esconde detrás de nuestra capacidad para cuestionarnos.
Si no nos atrevemos a cuestionar lo que estamos experimentando, a través de dichas emociones no nos vamos a poder conocer y mucho menos, vamos a abrirnos sin el filtro de nuestros pensamientos.
Es decir, cuando estemos dispuestxs a fluir con lo que estamos sintiendo nos daremos cuenta que no podemos pensar, lo que estamos experimentando, en el momento que lo estamos sintiendo porque se regirá en base a nuestras experiencias pasadas, a ese filtro quizá "socialmente aceptado".
Estaremos limitando nuestro aprendizaje y hasta nuestra propia evolución personal.
No podemos conocer lo que sentimos, si divagamos con nuestros pensamientos.
El pensamiento viene de la mente que a su vez, viene del ego.
Los sentimientos vienen de las emociones que éstas se han transformado en estado de ánimo con el tiempo.
Las emociones también pueden nacer de algo que alimentemos pensando, pero la diferencia es que estará construida por nuestro filtro de pensamiento y se regirá a través de él tanto nuestras acciones, comportamientos como la manera que evolucione dicha emoción.
Sin embargo, las emociones que dan vida a los sentimientos son señales para indicarte ese mapa interior y poder llegar a él, introspeccionándote. No quedándote en la superficie como las emociones con dicho filtro , éstas solo te recuerdan que tú no eres lo que piensas.
Y con todo esto, hablo no solo de los sentimientos "socialmente" aprobados, sino de las emociones malas o/y negativas. Aunque sea una emoción que a priori, no nos guste o nos incomode, sino la observamos y fluimos con ellas no vamos a poder entender por qué ha nacido dicha emoción y qué tiene para enseñarnos.
Todo absolutamente, todo lo que experimentamos dentro, aunque muchas veces, nos esforcemos por bloquear, son pistas para llegar donde realmente queremos ir, pero por desgracia, el miedo suele ganar.
Pero recuerda: El miedo puede ganar batallas, pero no la guerra que yace en ti.
Tú eres la única persona de llegar a ese lugar tan recóndito e inexplorado, ese lugar donde eres sin miedos, sin filtros, ni capas. Ese lugar que se guarda dentro de ti para iluminar(te), no para apagarte.
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